1. Conocer la idea y el objetivo


Antes de hablar de planos, necesitamos entender qué se quiere conseguir. Nos fijamos en el público, en el tono, en el tipo de negocio y en la personalidad de la marca. Todo eso influye en el estilo visual que utilizaremos.


2. Estudio de localización y permisos


Málaga es una maravilla para volar, pero también es un lugar con muchas zonas controladas o cercanas al aeropuerto. Revisamos mapas, normativas, altitudes permitidas y riesgos. Esto es fundamental para trabajar con seguridad y legalidad.


3. Planificación visual y estilo


Aquí definimos el enfoque creativo: movimientos largos y elegantes, planos cortos y dinámicos, tomas de seguimiento, recorridos FPV… Cada proyecto necesita un estilo distinto.


4. Día de rodaje


Es la parte más visible, pero también la más delicada. Control del viento, luz, composición, rutas de vuelo, seguridad en tierra… A veces hace falta improvisar, pero siempre dentro de un plan bien pensado.


5. Edición y postproducción


Es donde todo encaja: color, música, ritmo, narrativa. Una buena edición puede transformar un plano normal en un plano memorable. Aquí pulimos cada detalle para que el resultado final tenga la estética y la emoción que buscamos.



Detrás de cada vídeo hay muchas horas de trabajo invisible. Y eso es precisamente lo que garantiza la calidad.

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